En la primera entrada de este blog reflexionábamos sobre el concepto de "ciudadan@ empresari@" y sobre la problemática de la educación hoy en día, al hilo de nuestras lecturas de dos autores fundamentalmente: Adela Cortina y Edward Freeman.
La idea de "ciudadan@ empresari@"(CE), que allí aparece sólo bosquejada y falta de trabajo conceptual que la perfile mejor, está fuertemente influida por la filosofía de la American Entrepreneurship. Como señalamos en comentario a la entrada "Ética de los Medios. Una apuesta por la ciudadanía audiovisual" del blog amigo Ética Empresarial y RSE, el concepto de CE no ha de confundirse meramente con el/la ciudadan@ que se dedica a ser empresari@. CE remite más bien a un conjunto de competencias necesarias para la formación de las personas en la sociedad global del siglo XXI. La presente crisis económica nos demuestra una vez más que aquell@s ciudadan@s que estén mejor capacitad@s, no ya para encontrar trabajo, sino para generarlo a través de creación de empresas, podrán capear mejor el temporal y, con seguridad, estarán en mejores condiciones de triunfar en época de crisis (aprovechamiento de ésta como oportunidad para prosperar, lejos del pesimismo generalizado).
Sirva la anterior mini-reflexión como un paso más en los intentos por delimitar qué entendemos por "ciudadan@ empresari@". Hoy queremos presentar algunos ejemplos exitosos de esta forma de afrontar la crisis laboral. Dichos ejemplos provienen de jóvenes universitarios estadounidenses, recién graduados, que no quisieron esperar a que las empresas a las que habían enviado su c.v. les llamaran para una entrevista de trabajo. La Generación Y, como se hacen llamar, pretende pasar de la sociedad del c.v. u hoja de vida a la del emprenderismo renovado, sin esperar paternalismos de ninguna clase. Y para ello crean sus propias comunidades de apoyo en la Red. Tanto "ruido" están creando estas nuevas iniciativas en los Estados Unidos que son objeto de artículos en el New York Times.
A través de ese artículo es como nos enteramos de la actividad del grupo denominado The Young Entrepreneur Council, con su provocativo eslogan "Never Get a Real Job", creado para "enseñar a los jóvenes a cómo crear negocios exitosos y a luchar contra la epidemia devastadora que representa el desempleo y el empleo precario juveniles", todo ello al margen de las escuelas de negocios. Tal es así, que incluso esta comunidad ya tiene en marcha la planificación de un sistema propio de financiación para los proyectos empresariales de sus miembros.
Este modo de actuar tiene que ver con lo que decíamos en nuestra primera entrada al blog sobre un sentido de ciudadanía responsable: si el sistema de educación "oficial" no cubre las espectativas y/o demandas de l@s ciudadan@s en formación, ést@s tienen la responsabilidad de buscar vías alternativas para alimentar las competencias que de ell@s se exigen hoy en día. Y mientras la Red siga siendo un espacio de libre circulación de la información, esta tarea será más sencilla y enriquecedora.
Además, y para nuestra satisfacción desde este blog sobre ética en la empresa, la Generación Y parece "abrazar" de forma natural la cuestión decisiva de la RSC a la hora de crear empresas. Estaremos pendientes de todos estos movimientos alternativos provenientes de las generaciones más jóvenes del mercado laboral. Saludamos estas excelentes propuestas organizacionales, y nos gustaría ver iniciativas similares en nuestro mundo latinoamericano. Animamos, por tanto, a nuestros jóvenes a que no busquen empleo, sino que lo creen apoyados por comunidades similares a las que ya se están formando en Norte América.
Finalmente, he aquí un reto importante para las instituciones educativas: el de saber cómo contribuir a la formación de l@s ciudadan@s empresari@s con propuestas atractivas y auténticamente educativas. La Universidad deberá estar atenta a movimientos estudiantiles como los presentados aquí con el fin de contribuir a esta formación con calidad (como lo ha hecho tradicionalmente), evitando así la aparente falta de sintonía con una parte del posible alumnado. Aquellas instituciones que logren "colaborar" con las comunidades estudiantiles (como vemos aquí, cada vez más autónomas) que se formarán en el futuro lograrán subsistir a la crisis institucional.
Finalmente, he aquí un reto importante para las instituciones educativas: el de saber cómo contribuir a la formación de l@s ciudadan@s empresari@s con propuestas atractivas y auténticamente educativas. La Universidad deberá estar atenta a movimientos estudiantiles como los presentados aquí con el fin de contribuir a esta formación con calidad (como lo ha hecho tradicionalmente), evitando así la aparente falta de sintonía con una parte del posible alumnado. Aquellas instituciones que logren "colaborar" con las comunidades estudiantiles (como vemos aquí, cada vez más autónomas) que se formarán en el futuro lograrán subsistir a la crisis institucional.
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