Ser más para servir mejor - Become more to serve better (San Ignacio de Loyola)

Saturday, January 15, 2011

La neuroética y las "razones del corazón"

La neuroética puede ser definida como aquella ética aplicada al campo investigativo propio de la neurociencia. Pero también, como la neurociencia de la ética (Neil Levi, “Neuroethics: Challenges for the 21st Century”); en este sentido, se propondría ir más allá de las implicaciones que la neurociencia tiene para la sociedad, con el fin de examinar la posibilidad de un fundamento neurológico del conocimiento y comportamiento morales (Adina Roskies, Neuroethics for the New Millenium).

Adela Cortina, en su muy interesante conferencia de septiembre de 2010 en Valparaíso, también distingue ambos sentidos, denominando “ética aplicada” al primero y “ética (con pretensiones de ser) fundamental” al segundo. Dicha intervención de nuestra profesora en el III Congreso Internacional sobre Xavier Zubiri contempló al cerebro craneal como el único órgano en donde encontrar las bases del comportamiento moral, sin hacer referencia a los intrigantes y relativamente recientes estudios que mencionan la existencia de un sistema nervioso independiente alojado en el corazón de los seres humanos (compuesto por unas 40.000 neuronas), ni de su íntima conexión con el cerebro craneal.

En lo que resta de entrada a este blog, me propongo un triple objetivo: i) introducir al lector una nueva disciplina, la neurocardiología, y sus posibles consecuencias en el terreno de la fundamentación de la ética; ii) proponer una complementación a la respuesta que Adela Cortina da al desafío de la neuroética a la vista de lo recogido en i); iii) para concluir con cómo esta nueva rama del saber médico aporta de modo inesperado un respaldo al concepto de “razón cordial” de A. Cortina. Por lo tanto, recomiendo al lector que escuche la conferencia antes de seguir leyendo esta entrada.

i) La neurocardiología constituye la disciplina psicofisiológica que estudia la actividad neuronal propia del corazón (el órgano posee una red de neuronas independiente), así como sus flujos de información con el cerebro craneal (entre otros, vía sistema nervioso y hormonal). En 1991, el doctor J. Andrew Armour, pionero de la esta rama médica, introduce el concepto de cerebro del corazón, puesto que “el sistema nervioso del corazón contiene todos los elementos necesarios para el procesamiento de información” (2004: 79).

Desde el punto de vista fisiológico, el dr. Armour observa además que los dos centros neurológicos, el del corazón y el del cerebro, están conectados al menos por el sistema nervioso central y el sistema hormonal (desde 1981 se sabe que el corazón es una glándula endocrina que segrega hormonas, entre ellas la oxitocina u “hormona del amor”), por lo que la información fluye en ambas direcciones afectando profundamente la actividad del cerebro craneal. Al respecto, quiero destacar la siguiente particularidad:

“A pesar de que el cerebro craneal está diseñado para una comunicación en ambas direcciones entre los sistemas cognitivo y emocional, el número real de conexiones neuronales que salen de los centros emocionales hacia los centros cognitivos es mayor que el de las conexiones en dirección inversa. Esto explica, en parte, el tremendo poder de las emociones, en contraste con el mero pensamiento. Una vez que una emoción es experimentada, ésta se convierte en una motivadora poderosa de futuros comportamientos, afectando acciones puntuales, actitudes y logros a largo plazo” (Institute of Heart Math).

De esta manera, concluyo que si la neuroética pretende fundamentar neurológicamente la moral no puede obviar las investigaciones de la neurocardiología. La respuesta ha de estar no sólo en el cerebro craneal, sino en las relaciones más complejas de lo que hasta ahora había supuesto la ciencia entre corazón y cerebro.

ii) Lo que acabo de traer a colación no debe entenderse como una confirmación del “intuicionismo moral” tipo Jonathan Haidt, autor mencionado en la conferencia de Adela Cortina. Las emociones informan los pensamientos en gran medida, pero los pensamientos también a las emociones. Asumo que la neurocardiología permite pensar que ante dilemas morales tomados en serio, ambos centros están trabajando en la búsqueda de la mejor decisión posible y que, por lo tanto, sí somos capaces de dar razones convincentes de por qué hicimos A o B, lo cual es fundamental, además, para poner en cuestión muy seriamente el puro emotivismo como enfoque ético: las emociones no sólo se vivencian, se pueden y deben cultivar, como acertadamente señala A. Cortina siguiendo a Aristóteles. Cuanto mayor sea esta formación, mejores razones podrá el “formando” dar sobre sus decisiones en el terreno de lo moral. La intuición de Blas Pascal de atender también a las “razones del corazón” quedan, curiosamente, constatadas mediante los descubrimientos de la neurocardiología.

Por lo tanto, a aquellos autores que afirman que hay una moral universal inscrita en el cerebro se les podría recomendar una revisión de lo que entienden ellos por “cerebro” (obviamente, y en esto estamos con A. Cortina, algunas posturas provenientes de la neurociencia sólo conllevan a reduccionismos positivistas del campo de lo moral). Pero sí creo que la neurocardiología aporta elementos muy interesantes para una idea de moral universal como estructura en el sentido zubiriano. Aquí no puedo extenderme más, espero que se pueda vislumbrar este punto con la exposición en i).

iii) Para concluir finalmente, creo que con la neurocardiología la “compasión”, entendida como valor moral y “motor del sentido de la justicia”, gana una nueva y definitiva evidencia. Hoy podemos claramente decir sin miedo a equivocarnos, que cuando hablamos de compasión nos referimos a esa emoción que surge desde el corazón (ya no sólo en sentido figurado) y que nos lleva a la máxima acción racional de la que es capaz un ser humano, la de ayudar a sus semejantes. Una ética de la “razón cordial” no sólo es deseable, sino plenamente posible.

Publicado originalmente en el blog Ética Empresarial y RSE, de la Universitat Jaume I (Castellón, España)

Wednesday, January 5, 2011

LA ÉTICA DEL LECTOR

El título de esta entrada no pretende hacer referencia directa al contenido del breve escrito homónimo que Borges publicara allá por el 1932 en su obra Discusión. En aquella ocasión, el maestro de las letras hispanas llevaba a cabo una encendida defensa de las "razones íntimas" (de contenido ético) frente a las estéticas, en torno al Quijote de Cervantes. Y concluía que una obra se escribe en última instancia, no para embelesar al lector, sino para mover su conciencia y que ésta lo lleve a actuar en consecuencia. 

No es éste el sentido primordial que quiero traer a examen hoy. No obstante. servirá como corolario a la reflexión que aquí proponemos, como podrá observar el lector o la lectora.

Lo que me motiva a escribir estas primeras líneas del 2011 es el intento de diseño de una ética del lector o lectora que complemente la ética del empresario del ramo (mundo editorial). Para ello me inspiro en el modelo de Responsabilidad Corporativa (RC) que su autor, Georges Enderle, presentó al público español en el XIV Congreso Anual de la EBEN, celebrado en Valencia en septiembre de 2001 (conferencia publicada en Adela Cortina (ed.), Construir confianza. Ética de la empresa en la sociedad de la información y las comunicaciones, pp. 131-155, Trotta). A continuación resumiré dicho modelo y trataré de justificar su pertinencia para una ética del lector. 

En su excelente conferencia sobre RC, G. Enderle propone un modelo para las PYMES que les permita, no sólo sobrevivir, sino tener un impacto global en la economía mundial, aunque se parta de sus contextos locales. Para ello presenta una alianza entre su "concepto equilibrado de la empresa" y el "enfoque de las capacidades" de Amartya Sen. Concluye con dos preciosos ejemplos de empresas exitosas que se comportan "equilibradamente" promoviendo esas "capacidades". 

El concepto equilibrado de empresa viene precedido de la siguiente premisa: "cuanto mayor es el espacio de libertad, mayor es la responsabilidad". En este punto, Enderle hace una analogía con la libertad de las personas, y de lo que está hablando es del espacio de libertad en general que las organizaciones poseen en el mercado. 

¿Qué ámbitos ha de cubrir la RC? Para que una empresa sea equilibrada, asume este enfoque, las empresas deben responder en tres frentes: el económico, el social y el medioambiental. Si una empresa es responsable económicamente, es decir, se preocupa por la maximización de beneficio, respetar a sus proveedores o mejorar la productividad, pero no muestra responsabilidad social (no mantiene ni promueve la salud, no respeta leyes ni costumbres, ni se compromete con la vida cultural y política), o medioambiental (no se compromete con el desarrollo sostenible), entonces la empresa no está equilibrada, es decir, no se comporta de forma racional (ética). 

Para explicitar aún más estas responsabilidades corporativas, Enderle acude a las "capacidades" de los individuos (segunda analogía), entendidas por A. Sen como "libertades reales", lo suficientemente universales o transculturales para su aplicabilidad satisfactoria en un contexto de economía global como el que vivimos. Cinco son los grupos de estas libertades reales descritas por Sen, e incorporadas al modelo de la empresa equilibrada (ética): libertades políticas, oportunidades económicas, servicios sociales, garantías de transparencia y seguridad protectora (A. Sen, Development as Freedom, 1999). En este caso, el énfasis recae más en la responsabilidad de las empresas por promover estas libertades, es decir, "¿de qué formas y en qué medida pueden estas libertades reales de las personas estar relacionadas con las responsabilidades económicas, sociales y medioambientales de la empresa?" (2003: 142) 

La respuesta que se da Enderle a su pregunta requiere, como él mismo concede, mayor elaboración. Alinea, por ejemplo, las oportunidades económicas con la responsabilidad afín de la empresa; las libertades políticas y los servicios sociales, con la responsabilidad social. "En cuanto a la responsabilidad medioambiental, puede ser demostrada mediante los componentes medioambientales implicados en las oportunidades económicas, las libertades políticas y los servicios sociales. Además, las garantías de transparencia y la seguridad protectora pueden estar relacionadas con las tres clases de responsabilidad". 

Pues bien, he aquí mis dos argumentos para justificar la aplicación de este modelo integrador en una ética del lector: i) Enderle basa su propuesta en dos analogías perfectamente lícitas, que parten de lo personal para terminar en lo corporativo: espacio de libertad y responsabilidad, y capacidades; ii) la necesidad de contemplar explícitamente una ética en el nivel del consumidor (en este caso la comunidad de lectores) con el objeto de complementar e incentivar la ética empresarial. 

Así, la responsabilidad económica del lector podría incluir la condena de la piratería como forma de eliminar el derecho a la propiedad intelectual (con excepciones del tipo: el lector X vive en un país con un régimen dictatorial, y su única forma de lograr lecturas no afines al régimen es a través de la piratería informática), así como la demanda de un precio justo en los libros que adquiere; la responsabilidad social se podría formular en términos de un "imperativo o exhorto a la lectura crítica", formadora de auténticos ciudadanos; y la responsabilidad medioambiantal del lector debe incluir la elección preferencial de los libros electrónicos sobre los físicos: por más que nos puedan frenar aquí sentimentalismos, hemos de caer en la cuenta como lectores responsables que debemos contribuir a la erradicación de la tala indiscriminada de árboles (uno de los buenos usos de la tecnología hoy por hoy en el sector informacional es la accesibilidad cuasi-instantánea a bibliotecas digitales completas). 

En cuanto a las "capacidades" del lector, en el sentido de Amartya Sen, es evidente que para que se den lectores responsables el libre flujo de información es una condición indispensable, lo cual ayuda a su vez a maximizar la premisa de que cuanto mayor es el espacio de libertad del lector, mayor su responsabilidad. Las libertades políticas juegan aquí un papel fundamental. Éstas deben posibilitar el siguiente grupo de capacidades, las oportunidades económicas, pues cuanto más libres seamos deberíamos ser capaces de acceder a más lecturas de un modo más solvente. Los servicios sociales del lector estarían relacionados con la asistencia para una mejor lectura. Garantías de transparencia de lo que leemos proporcionadas por la reputación, tanto de escritores como de casas editoriales. Y seguridad protectora en la figura del defensor del lector y asociaciones protectoras del consumidor.

Quedan así esbozadas algunas de las líneas de trabajo de esta ética del lector, complementaria a la de la ética de las empresas editoriales. La idea borgiana traía a colación al comienzo de esta reflexión quedaría enmarcada en la responsabilidad social del lector, pero también de los demás agentes implicados en el mundo de los libros. Pues, no en vano, lo que lee cada un@ puede (y debería) repercutir positivamente en la comunidad de lectores (que, por cierto, tiene al a priori de la "comunidad de comunicación" como condición de posibilidad y de validez) representada por ciudadanos comprometidos en la labor de promover una sociedad mejor.

Saturday, December 25, 2010

CONFERENCIA DE ADELA CORTINA SOBRE NEUROÉTICA

Por la relevancia del tema y por la autoridad de la ponente en el campo de la ética aplicada, incluimos en esta entrada de nuestro blog la conferencia de la Prfa. Adela Cortina en el marco del III Congreso Internacional sobre X. Zubiri, celebrado en Valparaíso el pasado mes de septiembre de 2010.
Los 4 vídeos pertenecen al canal en Youtube del propio Congreso. 







Sunday, December 19, 2010

¿CÓMO HACER QUE LAS EMPRESAS SEAN MÁS HONESTAS? LA PRESIÓN DE L@S CONSUMIDORES RESPONSABLES

¿Por qué l@s consumidores deben ser responsables? Para mantener a las empresas a raya, mantenerlas honestas en su actuar, y que no nos vendan gato por liebre. Ésta, que podría parecer una respuesta de Pedro Grullo, en realidad sí lo es, pero no por ello pierde valor. En esta era tan centrada en nuestros derechos con frecuencia se nos debe recordar algunas de nuestras obligaciones o responsabilidades adquiridas por el mero hecho de ser ciudadanos. Además, en esta "edad informacional" (para usar el término de Adela Cortina en Construir confianza, p. 31) en la que se encuentra la sociedad global, nuestra sociedad, mantenerse auténticamente informad@s es tarea ardua (aunque necesaria y, por ende, exigida), por lo que es fácil despistarse en torno a lo que de verdad importa en el presente horizonte vital. 

También, para mantener a raya a las empresas, se requiere de consumidores bien informados sobre las actuaciones de éstas en todo momento. Porque el consumidor que es (el ámbito del ser) responsable es aquel o aquella que toma decisiones (el ámbito del obrar, praxis) prudentes todo el tiempo sobre aquello que consume. Un consumidor que no obra con prudencia, no es responsable. ¿Y qué es obrar con prudencia? En este caso, tomar la decisión éticamente correcta. 

Por poner un ejemplo básico: entre comprar las zapatillas de la marca X fabricadas en mi país, donde sé que las leyes se aplican más severamente y los derechos de los trabajadores pesan más, o comprar las mismas zapatillas a un precio sensiblemente menor y fabricadas en un país donde los derechos del trabajador sean sistemáticamente pisoteados, con esta información un consumidor responsable elige siempre pagar más. Claro que este ejemplo en nuestro mundo no se da, porque la marca X sólo fabrica las zapatillas en un país donde puede explotar al trabajor o trabajadora, para luego venderlas en mi país a un precio desorbitado. Pero sirva para ilustrar lo que se quiere aquí entender por obrar prudente del consumidor: un obrar bien, como diría Aristóteles. 

En consecuencia, para obrar bien y, en última instancia, vivir bien (también en sentido aristotélico) en la edad informacional es necesaria la buena información. L@s consumidores responsables han de tener un conocimiento de las prácticas de las empresas, para observar si éstas son racionales, es decir, si se corresponden con una praxis empresarial (obrar bien de la empresa). El sitio estadounidense KnowMore.org ayuda al consumidor responsable a adquirir fácilmente información en este sentido, elaborando perfiles de empresas basados en cinco aspectos, a su juicio, decisivos para formarse una opinión educada en la toma de decisiones de un consumidor: derechos de los trabajadores, derechos humanos, preocupaciones medioambientales (en este sentido, pero del lado de la conciencia del consumidor responsable, destacar uno de los últimos libros de Daniel Goleman, Inteligencia ecológica), influencia política, y ética de la empresa. Por cierto, creemos que en mayor o menor medida estos criterios de evaluación tienen que ver con valores exigibles en las corporaciones, los cuales ya señalamos junto con Adela Cortina y Elsa González en la primera entrada de este blog. En definitiva, iniciativas como las de KnowMore.org ayudan a hacer que las empresas sean más transparentes aunque éstas no lo deseen explícitamente. Y esto es bueno para los consumidores, pero también para el mundo de la empresa en general.


Además, y gracias a una aplicación gratuita diseñada para el navegador Firefox por los responsables de KnowMore.org, cuando hacemos búsquedas a través de Google de las empresas cuyos productos pretendemos consumir, la información sobre esos 5 criterios aparece directamente reflejada al lado del enlace. Para que se pueda entender mejor, aquí os dejo el enlace a la entrada del blog de Wikinomics que lo documenta con más detalle. En España, destacar iniciativas como la de Comercio Justo, que también van en la misma línea de sensibilización e información para un consumo que debe ser cada vez más responsable (sin duda esta cuestión debería incluirse en la formación del ciudadano empresario). 

Nuestra admirada profesora Adela Cortina se preguntaba en esa misma página 31 arriba citada si: "¿Sigue siendo necesaria una ética de las empresas en esta nueva época?" Su análisis de los acontecimientos en torno al 9/11 y al escándalo Enron en aquel entonces ya le hacían concluir afirmativamente sobre dicha cuestión. Lo aquí presentado hoy no hace otra cosa que reafirmar esa intuición: incluso para las empresas virtuales es imprescindible vivir, respirar un ethos que inspire confianza genuina en los consumidores. La propia Red, como vemos, puede servir de herramienta para concienciar a l@s empresari@s de que un obrar bien es absolutamente imprescindible para que sus productos sean consumidos y, por lo tanto, para que sus organizaciones sean viables en el medio y largo plazo. 

Monday, December 13, 2010

EDUCACIÓN PARA CIUDADAN@S EMPRESARI@S (II): GENERACIÓN DE COMUNIDADES DE APOYO PARA LA INICIATIVA PROPIA

En la primera entrada de este blog reflexionábamos sobre el concepto de "ciudadan@ empresari@" y sobre la problemática de la educación hoy en día, al hilo de nuestras lecturas de dos autores fundamentalmente: Adela Cortina y Edward Freeman

La idea de "ciudadan@ empresari@"(CE), que allí aparece sólo bosquejada y falta de trabajo conceptual que la perfile mejor, está fuertemente influida por la filosofía de la American Entrepreneurship. Como señalamos en comentario a la entrada "Ética de los Medios. Una apuesta por la ciudadanía audiovisual" del blog amigo Ética Empresarial y RSE, el concepto de CE no ha de confundirse meramente con el/la ciudadan@ que se dedica a ser empresari@. CE remite más bien a un conjunto de competencias necesarias para la formación de las personas en la sociedad global del siglo XXI. La presente crisis económica nos demuestra una vez más que aquell@s ciudadan@s que estén mejor capacitad@s, no ya para encontrar trabajo, sino para generarlo a través de creación de empresas, podrán capear mejor el temporal y, con seguridad, estarán en mejores condiciones de triunfar en época de crisis (aprovechamiento de ésta como oportunidad para prosperar, lejos del pesimismo generalizado). 

Sirva la anterior mini-reflexión como un paso más en los intentos por delimitar qué entendemos por "ciudadan@ empresari@". Hoy queremos presentar algunos ejemplos exitosos de esta forma de afrontar la crisis laboral. Dichos ejemplos provienen de jóvenes universitarios estadounidenses, recién graduados, que no quisieron esperar a que las empresas a las que habían enviado su c.v. les llamaran para una entrevista de trabajo. La Generación Y, como se hacen llamar, pretende pasar de la sociedad del c.v. u hoja de vida a la del emprenderismo renovado, sin esperar paternalismos de ninguna clase. Y para ello crean sus propias comunidades de apoyo en la Red. Tanto "ruido" están creando estas nuevas iniciativas en los Estados Unidos que son objeto de artículos en el New York Times

A través de ese artículo es como nos enteramos de la actividad del grupo denominado The Young Entrepreneur Council, con su provocativo eslogan "Never Get a Real Job", creado para "enseñar a los jóvenes a cómo crear negocios exitosos y a luchar contra la epidemia devastadora que representa el desempleo y el empleo precario juveniles", todo ello al margen de las escuelas de negocios. Tal es así, que incluso esta comunidad ya tiene en marcha la planificación de un sistema propio de financiación para  los proyectos empresariales de sus miembros. 

Este modo de actuar tiene que ver con lo que decíamos en nuestra primera entrada al blog sobre un sentido de ciudadanía responsable: si el sistema de educación "oficial" no cubre las espectativas y/o demandas de l@s ciudadan@s en formación, ést@s tienen la responsabilidad de buscar vías alternativas para alimentar las competencias que de ell@s se exigen hoy en día. Y mientras la Red siga siendo un espacio de libre circulación de la información, esta tarea será más sencilla y enriquecedora. 

Además, y para nuestra satisfacción desde este blog sobre ética en la empresa, la Generación Y parece "abrazar" de forma natural la cuestión decisiva de la RSC a la hora de crear empresas. Estaremos pendientes de todos estos movimientos alternativos provenientes de las generaciones más jóvenes del mercado laboral. Saludamos estas excelentes propuestas organizacionales, y nos gustaría ver iniciativas similares en nuestro mundo latinoamericano. Animamos, por tanto, a nuestros jóvenes a que no busquen empleo, sino que lo creen apoyados por comunidades similares a las que ya se están formando en Norte América. 


Finalmente, he aquí un reto importante para las instituciones educativas: el de saber cómo contribuir a la formación de l@s ciudadan@s empresari@s con propuestas atractivas y auténticamente educativas. La Universidad deberá estar atenta a movimientos estudiantiles como los presentados aquí con el fin de contribuir a esta formación con calidad (como lo ha hecho tradicionalmente), evitando así la aparente falta de sintonía con una parte del posible alumnado. Aquellas instituciones que logren "colaborar" con las comunidades estudiantiles (como vemos aquí, cada vez más autónomas) que se formarán en el futuro lograrán subsistir a la crisis institucional. 

Tuesday, November 30, 2010

PRIMER APUNTE SOBRE SIMILITUDES ENTRE LOS PLANTEAMIENTOS DE ENRIQUE DUSSEL Y R. EDWARD FREEMAN SOBRE ÉTICA EN LA GESTIÓN EMPRESARIAL

Sorprendido me he quedado al retomar mi lectura de un "viejo" conocido filósofo argentino, Enrique Dussel, pues su planteamiento de una ética de la liberación, aplicado al campo de la empresa y la economía en una ponencia de 1997 llamada "Ética y administración", aparenta tener una sorprendente capacidad de diálogo con la stakeholder theory de R. Edward Freeman, un diálogo que promete ser fructífero. 

Es mi primer apunte sobre esta posibilidad, como dejo claro en el título de esta entrada. Requerirá de una mayor relectura de los posicionamientos básicos de ambos, lejos de posibles posturas ideológicas antagónicas. 

Sin embargo, voy a tratar de plasmar esa primera intuición que me ha movido a abrir esta entrada en el blog:  

i) Los que conocemos un poco del planteamiento ético del Prof. Dussel sabemos que en su arquitectónica de una ética de la liberación para un mundo global, el primer principio es el material: el respeto a la vida, siendo así que toda decisión, acuerdo, acción, etc. que abogue por la promoción de la vida es ética o ético, y lo que no genere, cree vida, pues irá en contra del primer principio de este planteamiento ético. Creo que este principio material "fuerte" se puede poner en diálogo con el de responsabilidad en la ST de Freeman, más "light", es decir, que si lo lleváramos al extremo, el de la ST debería llegar a la misma conclusión que el principio de la vida. 

ii) Además, la tesis fundamental en la ST de creación de valor como fin de toda actividad empresarial responsable es equiparable con la promoción de vida, pues vida no es sólo supervivencia para Dussel, sino su constante mejora y administración, también responsable. En este sentido, Freeman podría decir que un actuar responsable en la empresa sería aquél que promociona la vida de esa empresa creando valor para todos sus grupos de interés. Sería, por tanto, suicida, no crear valor sino buscar exclusivamente el beneficio económico de forma egoísta y a corto plazo, lo cual es irresponsable e inmoral, y un actuar guiado exclusivamente por una racionalidad estratégica sin regulación por parte del principio material de la vida (fuerte) o de responsabilidad (light). 

iii) Dussel declara explícitamente que los juicios de la ética son de hecho, y no de valor, y que además tienen validez universal, lo cual tiene mucho que ver con lo que Freeman llama la falacia de la separación entre juicios empresariales y juicios éticos, y su complementación con el principio de integración entre ética y negocios (que trato en la primera entrada del blog, en su quinto párrafo). Nuevamente, Freeman no llega tan lejos como Dussel en las implicaciones, porque no está interesado en principio en un proyecto integral ético, sino exclusivamente de los negocios, pero se intuye por dónde podría ir el diálogo y la complementación de ambas posturas.

iv) Ambos están de acuerdo en contemplar el diálogo como el medio por excelencia de la ética.

v) Ambos admiten que todos los afectados deben ser partícipes en la toma de decisiones para que éstas puedan tener validez en sentido ético. 

vi) Ambos, Dussel y Freeman, también tienen en cuenta a las víctimas del sistema económico o de la actividad económica, respectivamente: para el primero, la víctima es marginada en el sistema, para el segundo, es el grupo de interés que sale perdiendo en una toma de decisiones a la hora de crear valor por parte del empresario. Nuevamente, el primero muestra un planteamiento de fondo, el segundo sólo aplicado a una aplicación de la ética en el campo empresarial y económico.

Vemos así que encontramos, tras una primera puesta en común, elementos suficientes para profundizar en el estudio conjunto de ambos planteamientos éticos. 

Sunday, November 28, 2010

CORRUPCIÓN ES EL "SÍNTOMA". LA ÉTICA EMPRESARIAL, ¿EL REMEDIO?

Este es el nivel de corrupción estatal y financiera al que hemos estado sometidos los humanos durante el último siglo. Se que para muchos el documento presentado en esta entrada sonará a teoría conspirativa poco creíble. Sin embrago, esta película no trata de un mito bien presentado que podamos creer o no, sino más bien al contrario aporta hechos muy bien documentados y una narración de los mismos tan sólida que es difícil contraargumentar sin otros hechos que desmientan los aquí presentados.
No es una tarea fácil la que las nuevas generaciones tienen ante sí si quieren vivir en un mundo más libre que el actual. Harán falta dosis extra de coraje moral y unas capacidades de reunión y colaboración a nivel global. Por el momento, Internet sigue siendo una herramienta para la libertad del ser humano. No obstante, la amenaza de control es cada vez más evidente.
¿Qué harán los y las jóvenes ciudadan@s empresarios ante un mundo tan corrupto como el actual? ¿Serán parte de la resistencia moral, o inclinarán sus rodillas y servirán (sabiéndolo o no) al imperio de unos pocos? Una cosa es bien cierta: la verdad no se oculta ya para el que quiera ver. La decisión es tuya.